El cálido vaho de tu susurro se condensa en mi espíritu errante, como aterrizan las motas de polvo desprendidas de tu pluma solitaria, forjando palabras que emanan néctares de deseos disolutos sobre folios tan blancos como mi mañana.
El cálido vaho de tu susurro nació allí donde se citan enmarañadas las ideas que cantan elegías por un amor idealizado, saturado de belleza. [...]
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