jueves, 28 de febrero de 2013

Sin quejas


Cuidando de mí desde el otro lado de la ventana sin cristal. 
Con la persiana siempre subida o dispuesta a elevarse.
Con la sonrisa desordenada dibujada entre el bosque de una barba pelirroja como el sol de otoño, 
espesa como mi mente en invierno, 
cálida como las mantas del pasado, 
y oscura como el futuro venidero.