domingo, 3 de enero de 2010

Cuando tenía 14 años y me creía Jorge Manrique



La lluvia cae tras los cristales
el cielo se muestra muy gris,
y en el fondo de mi alma
una bruma muy espesa me oculta el corazón.
Tras los fríos ventanales
tratando de salir
está mi grito ahogado que en el vidrio se condensa
sin apenas ilusión.
La tristeza que me envuelve
está motivada por nada
es una pequeña escapada
del vacío del amor.
Yo no acierto a comprender
ese afán del ser humano
por sufrir de antemano
y agarrarse al dolor.
Disfrutando del presente
lograríamos quizás
soportar un poco más la amargura envolvente.
Pero sin nuestros recuerdos
del pasado que se ha ido
no tenemos ya motivo
para futuro o presente.
¿Qué haremos todos pués,
condenados a sufrir?
Disfrutar de aquello que
logra hacernos reir,
de los momentos jubilosos
que acarician nuestro ser,
y aunque cortos y muy pocos nos han de acontecer.
Y disfruta de la vida
que de pronto ya es ida,
que mañana no está lejos y vendrá,
y la vida pasará
sin poderla detener.

2 comentarios:

  1. A saber que amores sombríos te proporcionaron la inspiración para estos amargos poemas!

    ResponderEliminar
  2. no debieron ser tan malos cuando ya han sido olvidados !

    ResponderEliminar