jueves, 11 de febrero de 2010

Húmedo [1.1]



Mis manos del alfarero modelando
la arcilla de tu piel,
canalizan deseos bacanales
en una insurrección de arte sin fin.
El torno que da vida a tus caderas
te afina la cintura,
meciendo mis instintos masculinos
con una danza húmeda y sensual.
Bailas una, dos, cien vueltas
volviéndote infinita,
te ríes de manos ansiosas
que luchan por poderte moldear.
Serás la mejor obra entre mis obras
suave vasija rota
cuenco de mi espíritu errante
sinuosa y sin final.


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