viernes, 6 de marzo de 2009

Vuelos baratos no existen

Volar es algo muy curioso. Es una experiencia que según quien la viva, cómo y cuándo, puede adoptar los matices más diversos. Cuando eres pequeño solo vuelas con la imaginación, y para qué más. Es gratis y placentero, paradojas de la vida ¡si pudiera lo compraba! Después llega ese día en que vuelas en sentido literal, con los padres en el primer viaje a la playa, o a manos del capullo de turno que te asestó un buen puñetazo por robarle a Silvia la cachonda... y tú solo piensas en los pechos de Silvia, y en el dolor de tu pómulo lamentándote ¿será esto volar?.
Pero a medida que pasa el tiempo, el verbo "volar" va cobrando nuevos, y no siempre agradables significados. De pronto es necesario volar para llegar a tiempo a todas partes, volar para evitar que rapaces te arrebaten lo tuyo, y volar... para evadirte de la inminente realidad.
Esta última acepción es la que nos ocupa ahora. Vuela y escapa de una vida prestada... pero recuerda que tarde o temprano tendrás que volver. El tiempo en estos viajes suele tener una elasticidad variable, directamente proporcional al dolor del aterrizaje anunciado, e inversamente proporcional al ánimo de asaltar el tren del día a día. El gasto es más bien engañoso, pues aparentemente son gratis, pero acumulan intereses que se cobran en el mundo real.
Lo terrible es que un día "la caída pierde altura" y hay que regresar. "Para siempre me parece mucho tiempo", y para entonces puede ser tarde para darse cuenta de que volviste en otro momento y lugar de la curvatura espacio-tiempo, y que el mundo, aparentemente igual, se ha convertido en un universo paralelo en el que ya no queda sitio para tí.

[...] (Continuará...tal vez)





Alguien dijo una vez "Tú eres el eje central de tu universo"...

1 comentario:

  1. Puede que alguno de ellos sea el real... lo tendré que investigar...

    Arduo trabajo por delante habiendo universos infinitos.

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